Y llega el día del temido Angliru, tras 4 días dando pedales por tierras Asturianas hemos dejado para el último lugar el plato fuerte, la verdad es que todo el mundo nos ha recomendado que lo hiciesemos los primeros días porque si estamos muy cansados igual no lo subimos...
Nuestra idea inicial era salir desde la casa rural ya con la bicicleta, subir el Cordal, bajar y empezar el Angliru, pero con tanto miedo que nos han metido decidimos subir el Cordal en coche, y la verdad es que desde el asiento nos ha parecido otro pedazo de puertaco tremendo, con lo que hemos hecho bien.
Una vez en la base del Angliru decidimos hacer unos kilómetros en llano antes de afrontar la subida, la cual empezamos bajo unas nubes cerradas.
Poco a poco vamos ascendiendo dirección la famosa "Viapará" (el supuesto inicio de la parte tremenda) y tras ver las nubes de lejos llegamos poco a poco hacia ellas y nos vamos colando dentro de la neblina, llegamos a Viapará, que no teniamos claro lo que era, pensábamos que tal vez era un pueblo, un bar... pero nos encontramos con es simplemente "un aparcamiento" de una zona de picnic, con lo que nuestros planes de tomarnos algo allí a la bajada quedan chafados.
En Viapará paramos unos minutos para ya comenzar la zona tremenda del Angliru, a partir de ahí las rampas son de contínuo pasando las dos cifras, con algún pequeño tramo llegando al 20% pero no siendo lo habitual, en cualquier caso hasta la famosa Cueña de las Cabras (a 2.5km de coronar) el puerto se mantiene muy constante en pendiente, así que poco a poco sobrepasamos la niebla y las nubes y nos encontramos con un día soleado desde el que contemplar el fabuloso paisaje.
Al llegar a la famosa Cueña ya nos avisa que subiremos un porcentaje del 23%, pero no hace falta el cartel, frente a nosotros vemos una pedazo de recta que más bien parece una pared, pero gracias a nuestros desarrollos podemos subir de forma adecuada (triple plato, 26x28).
Tras la Cueña todavía queda alguna otra sorpresa hasta llegar al punto de observación donde dan ganas de quedarse, aún así continuamos hasta el tradicional punto donde llega la etapa en un aparcamiento bajando poco después de coronar, y sin el mismo atractivo que el mirador.
De modo que volvemos al mirador para descansar un rato observando la gesta conseguida, uno de los puertos más duros de Europa y con un entorno y vistas inmejorables.
Nos ha sorprendido especialmente los pocos ciclistas que nos hemos encontrado durante la ascensión y bajada, solamente uno, y si contamos que lo hemos subido un domingo de Julio... hay mucho miedo a las rampas...
Ruta en strava: https://www.strava.com/activities/636199349
Subiendo Sa Talaia con el mar de testigo