En pleno corazón de la provincia de Valencia, el clásico puerto ciclista del Pico del Águila ofrece un escenario natural incomparable, especialmente cuando el temporal Filomena deja su huella en forma de un manto blanco. Este puerto, también conocido como el Puerto de Olocau, es un ruta bien frecuentada por cicloturistas, tanto locales como foráneos, debido a su diversidad y belleza escénica.
La ascensión comienza en la localidad de Olocau y se caracteriza por sus tres fases bien definidas, permitiendo a los ciclistas dividir mentalmente el recorrido en tres secciones de cinco kilómetros cada una. A lo largo de la subida, se atraviesan las poblaciones de Marines Viejo y Gátova, antes de alcanzar la cima. La pendiente es amable, con un porcentaje medio del 3%, y ofrece suficientes descansos que hacen que esta escalada sea apta incluso para ciclistas menos experimentados.
El paisaje durante la subida es un atractivo en sí mismo. El entorno natural, repleto de árboles, ofrece sombra y una protección natural contra el sol durante gran parte del año. Sin embargo, durante los meses más fríos, este resguardo se convierte en un lugar fresco e incluso gélido en días de temporal. Los ciclistas pueden disfrutar de una vista panorámica extraordinaria, con el contraste del verde de la vegetación y el rojo de la tierra, que se complementa con las ocasionales apariciones de nieve durante los inviernos más duros.
Además, el puerto es testigo de eventos ciclistas, como la Vuelta a la Comunidad Valenciana. Aunque el asfalto ha sido reasfaltado recientemente, algunas secciones aún requieren atención, con tramos que se alternan entre un pavimento liso y otras partes menos cuidadas.
A lo largo del recorrido, los ciclistas se encuentran inmersos en un entorno rural cargado de historia. Un ejemplo particular de la región es la historia de la población de Marines Viejo, que fue trasladada en la década de los 50 debido a los desprendimientos, aunque en la actualidad sigue siendo una parada atractiva para los cicloturistas que buscan un descanso o un almuerzo.
En la parte final de la subida, se puede contemplar la nieve acumulada, un espectáculo poco común que convierte esta ascensión en una experiencia única que se recordará durante mucho tiempo. Los kilómetros finales, aunque llevaderos en cuanto a pendiente, desafían al ciclista con su serpenteante trazado y sus curvas pronunciadas hacia la cima.
En resumen, el Puerto de Olocau (Pico del Águila) no es simplemente un desafío físico, sino también un auténtico deleite para los sentidos, especialmente bajo la novedosa capa de nieve que transforma el paisaje en un escenario idílico. Para aquellos que desean vivir esta experiencia, es una oportunidad perfecta para disfrutar de una parte de Valencia menos explorada y profundamente genuina.
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