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Ubicado en la hermosa región de Duruelo de la Sierra en Soria, el puerto de Castroviejo ofrece una experiencia única para los ciclistas que busquen disfrutar de un entorno natural excelente sin enfrentarse a pendientes excesivamente duras. Con sus 6.6 kilómetros de longitud y un desnivel acumulado de 350 metros, este puerto es ideal tanto para cicloturistas experimentados como para aquellos que se estén iniciando en el mundo de las ascensiones. La pendiente media del 5.3% lo clasifica como un puerto de tercera categoría, lo que lo hace asequible para la mayoría de los ciclistas.
A lo largo de la subida, se puede disfrutar de un paisaje frondoso que proporciona sombras refrescantes, especialmente apreciadas durante los meses más cálidos. Es un puerto en el que se recomienda avanzar de manera tranquila, permitiendo que el paisaje y el entorno se conviertan en parte del viaje, sin la presión de marcar un tiempo récord.
Este recorrido contó con la presencia de Rubén García, un ciclista de la región de Amurrio. Rubén, quien comenzó su aventura en el ciclismo de montaña en 2014, compartió sus impresiones sobre el puerto y su transición al ciclismo de carretera. Su entusiasmo por las rutas ciclistas y su pasión por descubrir nuevos lugares se reflejaron en sus comentarios. Habló sobre la satisfacción única de coronar un puerto, una experiencia que va más allá de simplemente llegar a la cima, destacando el valor de ver con nuestros propios ojos los escenarios que solo conocíamos por televisión y de disfrutar del entorno al máximo.
Castroviejo es un puerto que aunque no sea tan conocido como otros más célebres, ofrece una paz y belleza inigualables, haciendo del trayecto una experiencia enriquecedora tanto para la mente como para el cuerpo. La calidad del asfalto es excelente, lo que permite a los ciclistas concentrarse en disfrutar del camino y del paisaje que lo rodea.
La visita concluyó en el mirador natural de Castroviejo, donde los ciclistas fueron testigos de la majestuosidad del entorno rural. Aquí, la tranquilidad y la calma invitan a tomarse un momento para reflexionar sobre la gratificante experiencia que es el ciclismo en contacto directo con la naturaleza.
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