CIMA | ZA04 |
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En la provincia de Zaragoza, se encuentra la aldea de Viver de la Sierra, un destino ideal para los apasionados del ciclismo de montaña. El puerto de montaña de Viver de la Sierra, parte del reto CIMA, ofrece un recorrido desafiante pero constante a través de un paisaje árido típico de la región aragonesa. Este puerto tiene una longitud de 9,3 kilómetros con una pendiente media de 5% y alcanza una altitud de 908 metros. La carretera, aunque en buen estado, presenta zonas exigentes donde los ciclistas necesitarán reservar energía para mantener el ritmo.
Comienza la ascensión desde las proximidades de Morés, con una primera parte que incluye un túnel donde es recomendable llevar luces tanto para la visibilidad propia como para alertar a los conductores que entran por la misma vía. Entre la carretera hacia Sestrica y las colinas a su alrededor, el paisaje se erige en una combinación de naturaleza y agricultura de secano, con cultivos que acompañan a los ciclistas hasta la población de Sestrica.
Al adentrarse en Sestrica, los ciclistas podrán observar elementos municipales y áreas deportivas que reflejan la vida cotidiana de esta pequeña localidad. La senda después del pueblo presenta algunos tramos más empinados, alcanzando una pendiente máxima del 11%, lo que supone un reto adicional para aquellos que acepten la invitación del puerto de Viver de la Sierra.
La ruta es abierta, con pocos árboles, lo que la expone al sol y al viento, aunque en días nublados la experiencia resulta más cómoda. A lo largo del trayecto, los ciclistas pasarán campos abiertos y verán algunos aerogeneradores en las colinas, reforzando la apuesta por la energía limpia en la región. Este puerto evoca similitudes con la subida a la Avenija desde Sacañete, en Castellón, con rectas prolongadas y vegetación escasa.
El tramo final hacia Viver de la Sierra, si la visibilidad lo permite, premia a los ciclistas con vistas de vestigios arquitectónicos, como un castillo o fortaleza. Finalmente, al llegar a la localidad de Viver de la Sierra, el recorrido puede alargarse un poco más hacia una pequeña ermita para completar la experiencia, aunque el trazado típico termina en el núcleo urbano.
El puerto de Viver de la Sierra se ha establecido como una parada obligatoria para quienes persiguen completar el reto CIMA. No solo ofrece un desafío físico, sino también la oportunidad de disfrutar de paisajes aragoneses auténticos y conocer de cerca la vida rural de la comunidad. Al culminar la subida, los ciclistas pueden refrescarse en una fuente local antes de emprender el regreso o continuar explorando otros destinos ciclistas en la región.
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