Relive | https://www.relive.cc/view/vmqXNmZxLLO |
El puerto que conecta las provincias de Valencia y Albacete, partiendo de Casas del Río hasta Balsa de Ves, representa un desafío interesante para los ciclistas, destacándose por su belleza natural y la variedad de su ascenso. El entorno inicial, con su característico verdor y tranquilas carreteras, ofrece un comienzo algo rugoso debido al estado del asfalto, pero la recompensa visual lo compensa holgadamente.
Una vez que se inicia la ascensión, el ciclista afronta un comienzo de elevada exigencia con pendientes que oscilan entre el 10% y el 14%, características que exigen no solo habilidad en el manejo de la bici, sino también una buena gestión de la energía. Este tramo inicial lleva a los ciclistas a través de una serie de herraduras que no solo añaden dificultad sino también un encanto paisajístico notable.
El puerto, aún no muy conocido entre la mayoría de aficionados, se compone de aproximadamente 8 kilómetros de distancia. Conforme se avanza, el ascenso se vuelve más llevadero gracias a ciertas zonas intermedias relativamente planas que permiten un respiro antes de llegar nuevamente a tramos exigentes en la parte final hacia Balsa de Ves. Es en esta parte donde el asfalto entra nuevamente en condiciones mejores, optimizando la experiencia del ciclista.
En medio del recorrido cobra importancia la tranquilidad del entorno, donde el tráfico es mínimo permitiendo disfrutar plenamente del paisaje. El ambiente natural se complementa con vegetación propia de la zona, destacándose la abundante presencia de romero y tomillo en el arcén, que no solo embellecen el recorrido sino que aromatizan el aire brindando una experiencia sensorial completa.
El canal "Todo Ciclismo Radio" también aprovechó la oportunidad para entrevistar a Pepe, un ciclista experimentado que ha culminado con éxito un reto de "Everesting". Pepe compartió sus impresiones y destacó la importancia de sobrellevar no solo las subidas, sino también condiciones adversas como el calor y la fatiga, mostrando la fortaleza mental necesaria para afrontar retos de tal magnitud.
Finalmente, al alcanzar la zona de Balsa de Ves, la sensación de logro se magnifica con vistas espléndidas que ofrecen los últimos metros del ascenso, con el paisaje que lentamente se despliega ante los ojos de los ciclistas como una merecida recompensa al esfuerzo realizado. Es sin duda una ruta que merece ser transitada, para disfrutar del encanto natural y el desafío deportivo que propone.
Carretera algo rota subiendo al Tomillar
Escultura de Cabra en The Silent Route en Los Degollaos, Teruel