Para nuestra sexta salida en bici hemos reservado un puerto que nos han hablado muy bien, Giau, que sin saber mucho de él, no hemos oído más que buenas opiniones.
Metemos las bicicletas en el coche y partimos 45 minutos hasta Cortina d'Ampezzo, donde salen ambos puertos, no está muy lejos, pero cualquier desplazamiento implica subir y bajar algún puerto, con lo que las velocidades medias en coche no son muy altas.
Una vez en Cortina empezamos la subida al Giau, un puerto que nos encanta a ambos, coronándolo como la subida más mágica de todas las que hemos subido, paisaje, tranquilidad, zonas abiertas, cerradas, árboles, valle... dureza, MÁGICO.
Bajamos Giau y decidimos subir hasta el lago Misurina en coche, ya que completar el recorrido completo en bici tal vez nos llevaría demasiado tiempo.
Una vez arriba volvemos a montarnos en nuestras bicicletas y comenzamos la durísima subida a las 3 cimas de Lavaredo, desde luego la más dura de todos los puertos que hemos subido, porcentajes muy altos y sostenidos además de un paisaje impresionante.
Es verdad que uno se queda un poco desfogado en la cima por "no ver" la famosa estampa de las 3 rocas, y es que para poder disfrutar de tan impresionante visión hay que hacer una pequeña ruta de unos 45 minutos hasta tener un punto de vista adecuado.
Eso fue lo que hicimos esa tarde, no nos lo queriamos perder bajo ningún concepto!.
En Strava:
Giau: https://www.strava.com/activities/1072990951
Tres cimas de Lavaredo: https://www.strava.com/activities/1073202969
No podíamos dejar de hacer la pequeña ruta hasta ver las tres cimas de Lavaredo en toda su elegancia, con lo que volvimos al apartamento, comimos y cogimos ya los 4 de nuevo el coche hacia el lago Misurina, allí pagamos el peaje para subir en vehículo (en bicicleta o caminando era gratuito) y subimos hasta la parte más alta.
El viaje se ha terminado y nos volvemos a España, la experiencia dolomítica ha sido impresionante, todos coincidimos en que las fotos no hacen honor a la sensación de estar allí en persona, los paisajes, el tamaño de todo, las distancias, subir en bicicleta nombres míticos de puertos, y todo ello en un formato poco habitual de subir poco y despacio para no llegar al punto de saturación.
El ritmo nos ha servido para llegar al último metro de ascensión ciclista con ganas y mucha ilusión, sin sentir cansancio en las piernas ni mental, todo un acierto.
Eso sí, hemos visto tantas posibilidades y tantas cosas que hacer que.... Volveremos!
NOTA: Por cierto, nuestro amigo Cubano (alias "El Comandante") estaba tal y como nos dijo para devolvernos la maleta de la bici, estuvimos comiendo con él y nos estuvo contando sus aficiones al salto base, su vida como militar en diferentes destinos, etc... un tío de los que no hay muchos.
Subiendo Sa Talaia con el mar de testigo