Baños de Panticosa

Ubicado en el majestuoso Pirineo Aragonés, se encuentra el puerto de Baños de Panticosa, una ascensión que captura la esencia natural y el reto deportivo, haciéndola una opción inigualable para los ciclistas que desean explorar bellezas ocultas. El trazado comienza en el valle del río Gállego y presenta un entorno de encantadoras vistas que acompañan a quien se aventuró en su recorrido.

La ruta hacia el Balneario de Panticosa es un verdadero deleite sensorial. Aunque de 10,2 km de longitud, con un desnivel medio del 5%, la subida es relativamente llevadera, presentando secciones con pendientes que alcanzan hasta un 10% en ciertos tramos. El asfalto es de buena calidad y la carretera tiene un ancho cómodo para el disfrute del paseo, aunque algunos túneles y galerías agregan un toque de misterio en el último kilómetro.

El puerto completa su experiencia con un entorno natural de ensueño, con cascadas que, especialmente durante la primavera, en la época del deshielo, ofrecen un espectáculo visual inolvidable. Estas características, junto a las desafiantes herraduras, hacen de la subida una elección ideal para cualquier cicloturista medio, con el adecuado desarrollo de bicicleta.

El Balneario de Panticosa, al final del trayecto, es una parada obligatoria por su belleza idílica, un sitio donde uno puede disfrutar del merecido descanso rodeado de naturaleza untouched. Esta carretera ha sido parte del recorrido de la prestigiosa marcha ciclista Quebrantahuesos, por lo que aquellos que participen en ella pasarán inevitablemente por estos encantadores parajes.

A pesar de los desafíos que representa para los aficionados al ciclismo, el puerto de Baños de Panticosa es una invitación a descubrir rutas majestuosas, explorando lugares que, aunque no siempre están en la cúspide de la fama ciclista, ofrecen experiencias profundas y memorables.